Dentro de las leyes que rigen una ciudad o sociedad, existen algunas que son aceptadas y utilizadas en todo el mundo, tomando un carácter internacional y permitiendo que personas puedan reconocerlas y cumplirlas correctamente, unas de estas son las señales de tránsito.

Aunque cada país maneja una normatividad distinta, en cualquier ciudad del mundo existirán señales que orientan, informan o advierten sobre un peligro o situación particular. Si todos conociéramos las señales viales, los accidentes de tránsito disminuirían notablemente y se salvarían miles de vidas al año. Por eso, para su correcta comprensión es preciso seguir los siguientes tres pasos:

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Saber: En primer lugar, es indispensable conocer que existen diversos tipos de señales que cumplen una función específica, según su color, ubicación y mensaje. Muchas escuelas de conducción comparten durante horas en sus clases teóricas información valiosa sobre señalización que no siempre es atendida por los futuros conductores, por eso, el error más relevante, está relacionado con desconocer la importancia de la señalización.

Atender: Quiere decir que ahora que conoces que existen unas características particulares de las señales de tránsito, debes estar atento a ellas, para poder identificarlas y recibir el mensaje concreto. Atender, significa entonces, estar alertas al volante.

Obedecer: No tiene relevancia conocer y estar alerta a las señales de tránsito, si cuando hay un giro prohibido, eres consciente de que no se puede realizar, pero aun así lo efectúas. Las señales están pensadas para ayudar a las personas, en todo sentido, por eso, desobedecerlas constituye un acto imprudente y que, en el peor de los casos, puede terminar en un accidente fatal.

Recuerda, no respetar las señales de tránsito no solo acarrea una sanción administrativa

sino también la responsabilidad penal y civil por los daños ocasionados a terceros. Cuídate, sé responsable por tu bien, y el de las personas que están a tu alrededor.